lunes, 31 de octubre de 2011

Mi papá Roberto

Padre, descansa en paz...

El sábado por la tarde murió mi padre, mi padre de corazón, el padre que me dio referentes importantes para la vida. No se explicar lo que siento, tengo enterrada en mi corazón una tristeza muy muy honda que no puedo explicar, que no soy capaz de colocar en ningún lado. Es posible que sea pronto, es posible que con el paso de los días pueda encontrar acomodo a los recuerdos que se agolpan en mi mente, uno tras otro produciendo emociones encontradas.
Tengo una tristeza que nunca pensé sentir en las circunstancias actuales. Siento un gran vacío. No sé lo que siento que me deja como apagada, como extraviada en algún lugar. Me queda claro que hacia mi papá Roberto hay un sentimiento de cariño y aprecio. Mi papá Roberto tuvo el mérito de habernos acogido y a su manera, cuidarnos y ver por nosotras, de querernos a su manera, de estar con nosotras, a su manera.
Mi papá Roberto nos dio y compartió risas y llanto, alegrías y tristezas, soledades y abandonos, silencios y estruendo; con él creo que nunca hubieron medias tintas. Mi papá Roberto, desde su muy particular forma de ver y vivir la vida, nos enseñaba que valía la pena luchar, trabajar, vivir. Podía ser muy duro, muy terco, muy difícil, pero también podía sonreir, sabía reir, sabía decir cosas lindas y alegrar el corazón. También, como cualquiera de nosotros podía herir con sus palabras de manera profunda e inolvidable, pero esta semana aprendí que cuando alguien ha iniciado el camino hacia la luz (yo creo que es así), dejan de importar las diferencias y el dolor que pudiera existir a través de los años.
Cuando llega la muerte, es posible reconfirmar que el hubiera no existe, que lo que fue ya pasó y que más vale dejar ir lo malo y recuperar lo bueno como una forma de homenaje para quien se va, como una manera de perdón a una misma y a quien parte. Se puede saber y también confirmar que lo importante es el amor a la familia, la unidad y complicidad que surge entre hermanos, la dimensión que se descubre en una madre, la manera como unos y otros nos vamos acompañando, apoyando, recuperando.
Esta noche pensando, sólo puedo decir gracias por todo. Roberto, papá, gracias a pesar de tantas cosas que nos hacían guardar distancia y no comprendernos. Gracias a mi familia: mamá, hermanos, esposo, hijos, sobrinos, cuñada, cuñado, amigos, hermanos de corazón.

domingo, 16 de octubre de 2011

19 años


Caminando en Guanajuato
Explorando en mi memoria, esta mañana recordé cómo había sido el 16 de octubre de 1992. Había ido al hospital la noche anterior y a las 8:30 de la mañana, ya en quirófano, finalmente llegaste. En cuanto te ví, mi corazón se llenó de amor. Atrás quedaron las dudas y los temores.
Después de haber vivido unos meses inciertos, ¡de pronto! me cambiaste la vida de manera definitiva. Llegaste pequeño pero grande y complementaste mi vida y la de quienes están cerca de tí. A veces ha sido fácil, a veces ha sido muy complicado y muy, muy difícil y problemático.
Cada día de tu vida, es un privilegio, en las buenas y en las malas. Hemos pasado tiempos maravillosos, han habido muchas risas, mucho amor ¡tanto! que nunca ha dejado de fluir... han habido momentos muy, muy difíciles que cuando tú creías que era lo peor que estaba pasando, yo sentía que el corazón se deshacía de dolor, pero tú, yo, los que te amamos, teníamos que seguir andando la vida.
A lo largo de estos 19 años hemos vivido de todo. Desde tu llegada hubo luz, la cual iluminó nuestro camino cuando la noche se volvió tan larga que parecía que nunca iba a terminar. Mi amor es infinito, incondicional e interminable. Nunca lo olvides. Siempre, por siempre, cuentas conmigo, en las buenas y las malas.
Crece como hombre íntegro, desarróllate a plenitud, no olvides que equivocarse es más fácil de lo que imaginamos y volver a levantarse es tremendamente difícil. Ten presente la importancia de tener el carácter suficiente para seguir adelante a pesar de todo.
Este año ha sido clave. Has encontrado de todo y aquí estás ante un destino que tú puedes construir con decisión, con inteligencia, con el corazón, con sencillez, con humildad, con caballerosidad (no está pasada de moda). Respeta a todos, a chicos y grandes. En los pequeños ve el futuro que hay que guiar, en tus iguales el mundo que deben construir e impulsar para hacerlo mejor. En los adultos, reconoce su experiencia, respétalos y aprende. En los ancianos deposita tu confianza y ríndeles tributo en todo momento y también aprende.
Que Dios te bendiga hoy y siempre. Camina por el sendero del bien, evita el mal. Como me enseñó un maestro clave en mi vida: "Asegúrate de que el bien sea inmensamente grande y el mal inmensamente pequeño"... házlo una ley para tu vida y verás que la ruta que elijas te permitirá seguir el camino de la verdad y de lo correcto.
Te amo chamaco...