viernes, 18 de mayo de 2012

No dudes, ya no dudes para despertar

A lo largo de los últimos días me he mantenido observando lo que ocurre: las reacciones, el comportamiento en las redes sociales, además de leer que los ánimos se han exacerbado. A ratos siento una profunda inquietud, a ratos, ocasionalmente, ante comentarios bien fundamentados me permito ser parte de lo que circula en la red, a ratos, yo misma participo de algunos de los post que son chistosos pero inteligentes pues en la broma se contienen sentimientos que quizá de otra forma sería difícil expresar.  Leo notas, artículos; escucho la radio, veo programas de discusión, noticieros, leo el periódico y creo que en común tenemos que sabemos que la política mexicana, bajo el formato actual, se ha agotado y que los políticos se resisten a asumirlo y no se atreven a hacer cosas distintas, salvo decir "que son diferentes". En estos días he seguido las posturas que van definiendo aquellos que fueron mis alumnos y a los cuales en muchas ocasiones les exigí una y otra vez que aprendieran, que observaran, que se expresaran con ideas sustentadas, que cuestionaran, que no se quedaran callados ante las cosas que nos van fracturando la vida, los hechos que roban la paz de las personas, las acciones que pareciera que su único fin fuera dejarse llevar y no pensar, los actos que vulneran la dignidad y la integridad de las personas. Que decidieran informados, no sólo por dejarse llevar por la corriente, la costumbre o peor aun, la indiferencia. Ayer por la tarde vi a una señora que vendía semillas de a $5.00 en un crucero de la ciudad con una flamante y muy delgada playera que promocionaba al PRI y al PVE, y pensé, ¿Será que realmente le apuesta a Peña Nieto y al futuro que podemos entrever, o será que la playera sólo ayuda temporalmente a solucionar su necesidad de vestido? Hace unos minutos ví a un limpiaparabrisas con una playera igual pero ya ennegrecida. En la noche, en las noticias, escuché al Rector de la UNAM afirmando que los jóvenes estudiantes deben hablar porque es su derecho, deben expresarse porque para eso son educados,  deben saber fundamentar sus posturas. Después del incidente en la IBERO, de ver los vídeos de los grupos de jóvenes aparentemente enfrentados y de leer la postura de los directivos y académicos de esta institución, puedo afirmar que las instituciones académicas, las siempre vistas como rectoras, de alguna manera del pensamiento de muchos mexicanos, están asumiendo su responsabilidad histórica e inevitable de permitir el ejercicio del libre albedrío, del libre pensamiento, de la libre expresión entendiendo que los costos pueden ser altísimos, reconociendo que son los jóvenes quienes tienen la pasión, la fuerza y la imaginación para generar cambios de raíz. Yo pertenezco a la generación posterior al 68, me tocó primero desde mis ojos y pensamientos de niña de no más de 7 años, entender que algo ocurría pero que no me lo iban a decir porque "no lo iba a comprender" y "porque los niños no opinan", pertenezco a la generación que fue aprendiendo del 68 preguntando, hurgando en libros, en notas periodísticas, escuchando al amigo más grande que uno y que le tocó estar en la UNAM justo en los tiempos de los "desórdenes estudiantiles".  Yo pertenezco a la generación que aprendió del 68, del 71, que vio transcurrir los años y que en cada aniversario de la Matanza de estudiantes, aparecían en cualquier muro, de cualquier ciudad de México, pintas con la leyenda "2 de octubre no se olvida". Yo pertenezco a una generación de personas que creció entre el rigor y el aprender a expresarse; una generación que mayormente guardaba sus inquietudes porque no éramos adultos y no entendíamos y pareciera que tampoco éramos capaces de pensar y así, en nuestra burbuja de confort in confortable, fuimos aprendiendo a dejar pasar, a dejar hacer, a permitir y a permitir y a permitir. Estábamos demasiado ocupados con nuestras vidas, demasiado preocupados por tener una carrera, un buen trabajo, los mejores amigos, las mejores ventajas para la vida. Yo pertenezco a la sociedad dormida que ante una crisis y otra no ha hecho otra cosa más que bajar los brazos, esa sociedad que el "error de diciembre" lo miró con incredulidad y la declaración de guerra del ejército zapatista al gobierno mexicano prácticamente le pasó de largo. La sociedad mexicana cada vez más dormida, en su mayoría más preocupada por la inmediatez que por las cosas de fondo que debían resolverse. Hoy recibo un mensaje de un alumno compartiéndome una liga y pidiendo mi opinión al respecto. Creo en los jóvenes, creo que pueden mover al mundo, creo que se enfrentan a un mundo heredado, que no pidieron y que, sin embargo, deben tomar entre sus manos y sacar adelante. Creo en los jóvenes que piensan, que trabajan ya que, no importa el tiempo que pase, siguen luchando por un México mejor para ellos y el día de mañana para sus hijos. No puedo evitar recordar dos películas que vi con muchos de ellos, la primera, El Estudiante, una muestra de lo que pueden ser capaces los chavos cuando se confía en ellos. La otra, wall- e, como la representación de ese mundo que vemos cada vez más cercano y que no queremos que llegue. Creo en los jóvenes que piensan en serio, que aceptan retos, que luchan por lo que creen y, más importante, que se informan para sustentar esas luchas. Hoy, pequeños grupos de estudiantes comienzan a manifestarse, hoy hicieron una marcha, no asistieron muchos, pero fueron suficientes. Sus peticiones son absolutamente válidas: derecho a la información y transparencia en el proceso electoral. ¿Es mucho pedir? Creo que es lo menos que cualquier ciudadano(a), de cualquier edad, de cualquier estrato social y nivel económico puede pedir. Se critica la forma, ¿había otra ante la manipulación de información, de personas, de situaciones? Creo que ocurre como en el 94, los zapatistas se levantan en armas porque de otra manera, lo sabían, no serían escuchados. Al alumno que pide mi opinión le digo, estoy de acuerdo en que los jóvenes se expresen, que busquen maneras pacíficas de entendimiento en la medida que se las permitan, que encuentren los espacios para expresar sus puntos de vista, que luchen por lo que creen, que asuman su responsabilidad histórica para cambiar este México tan amado. P.D. No dudes, ya no dudes para despertar a este México tremendo y maravilloso. -- Desde Mi iPad

lunes, 14 de mayo de 2012

Entre dimes y diretes

Cómo es que un proceso que debiera ser transparente y claro para todos(as) los(as) ciudadanos(as), se ve una y otra vez lesionado por falta de:
1. Seguimiento a las reglas del juego.
2. Intenciones poco claras dotadas de una obviedad a veces insultante.
3. La pérdida de legitimidad del quehacer honesto de las prácticas que debieran ser en los hechos la representación de una vida democrática plena.

Asistimos a una especie de guerra a muerte por el poder por demostrar lo indemostrable, provocando a veces sorpresa, otras ironías, unas más burlas, muchas reprobación; llevando a la ciudadanía a divisiones que tristemente parten de una visión sesgada o ¿cegada? de la realidad política de un México que no termina de crecer y mucho menos de madurar.

Cansados de los spots publicitarios con los que nos atiborran en la TV a ciertas horas del día, una y otra vez somos observadores de las maravillas que el PRI ofrece para tener un México que seguro llegó solo a la condición en la que se encuentra. Seguro borró de un plumazo un Estado alimentado del mito presidencial, de una clase política convencida de tener derecho a lo que sea por el sólo hecho de pertenecer a ella y ostentar un poder que no creían pudiera írseles de las manos como sucedió hace doce años.

Asistimos a la propuesta de una Josefina diferente que en el día a día se ha ido desdibujando, se ha ido apagando, a pesar de que todavía son muchos quienes apuestan o al partido que representa o a la oportunidad de dar espacio a la mujer en la Meca del poder político mexicano. Poco a poco, se achica, se aleja del sueño de llegar a tener en nuestro país a la primera mujer Presidenta de la República. Simple y sencillamente está ubicada en medio de dos individuos que lo único que es evidente, es que desean tener poder. Uno simplemente la ignora y el otro, jugando a que "no hace nada" busca ponerla en evidencia de los hierros cometidos a los largo de su carrera política actual y pasada.

El tercero es un animal político, un viejo y mañoso animal, enarbolando una bandera que en absoluto le queda, le aprieta o le sobra, pero no le queda. La República amorosa que propone está tan lejos de aquel que hace seis años vociferaba haber sido robado en las urnas; que incluso juró, según él como legítimo Presidente de la República, mientras que en medio del escándalo por no otorgar el voto por voto, casilla por casilla, dio lugar a que este animal político llamara, "Presidente expurio" a Felipe Calderón Hinojosa.

Todavía hay un cuarto individuo que se debate entre una legitimidad inexistente y el servilismo en pro de una de las mujeres más poderosas del país y que pasará a la historia como uno de los personajes de más triste recuerdo por el daño casi de muerte en contra de la educación de calidad a la que todos(as) los(as) mexicanos(as) tenemos derecho.

Tantos dimes y diretes, tanta publicidad innecesaria, tantísimas encuestas imposible de darles credibilidad, tantos espectaculares, tanta presencia en radio, en televisión; tantos ojos observando, tantos oídos escuchando para que por uno u otro de estos cuatro personajes nos traten insultando a nuestra inteligencia, a nuestra capacidad para ejercer nuestro libre albedrío a través del voto razonado. Tantas mentiras, tantas simulaciones, tanto dispendio no por México, sino por el poder.

Me considero una ciudadana activa, me considero una comprometida, alguien enamorada, apasionada de su país, orgullosa del mosaico que es nuestra cultura, admirada de su riqueza, de su historia tan compleja. Me considero una mexicana que busca estar informada y que pretende no dejarse llevar por una postura radicalizada.

Sueño con un México más justo, más honesto, más equitativo, más tolerante. Con un México curado de males como la corrupción, el arribismo, la mentira, la impunidad. Sueño con un México cuyas heridas se estén recuperando, donde la razón y el compromiso sean una realidad, donde el costo en contra del mal gobierno, del crimen organizado en cualquiera de sus facetas realmente esté valiendo la pena.

Sueño con un México donde el rico lo sea porque ha trabajado y ganado con su esfuerzo lo que tiene, donde el pobre vea un futuro mejor que el que tiene en este momento. Un México en el cual las oportunidades sean aprovechadas en beneficio de todos sus habitantes, si este sueño que estoy segura no es sólo mío se pudiera concretar, seguro tendríamos verdaderos gobernantes, a la altura de un México mejor en todos los sentidos.

No quiero un copetón al frente de los destinos del país, no quiero una mujer diferente que se eclipse con rapidez, no quiero un amoroso resentido y necesitado de poder, no quiero un individuo que por más que se pueda lucir, sólo busca permitir a su jefa conservar el registro de un partido que poco entiende de democracia aunque el discurso diga lo contrario.

Me da tanta tristeza adoptar una postura de votar "por el menos peor", esto no es lo que he enseñado a mis estudiantes a lo largo de los años, esta no es la razón de ser como docente. Es aquí donde me encuentro, en contra de mi voluntad, impotente y enojada, buscando ejercer mi derecho al voto en medio de un terreno yermo, aparentemente sin un futuro prometedor, entre dimes y diretes.

P.D. Mientras en las noticias, asesinatos, mutilados, zetas y cárteles, gasolinazos. Mentiras y silencios. Comienza la temporada de huracanes. Desempleo, indignados, crisis de todos tipos, sequía, calor y más calor, tráfico vehicular, abusos y aun así, los colibríes llegan a mi balcón a alegrarnos con sus gorjeos tan particulares y su diminuta presencia maravillosa.


-- Desde Mi iPad

Ubicación:Lira,Zapopan,México