lunes, 2 de enero de 2017

Esta mañana

A mi Lucero

Esta debería ser una entrada festiva, acaban de pasar la Navidad, la llegada del Año Nuevo y ¡claro!, mañana es mi cumpleaños, sin embargo, no lo es del todo: primero hubo una "lucha" cruenta para evitar que nuestras peludas, Maya y Lola, subieran a la cama. Peludas 1- Esposos 0.

Alrededor de las 7 de la mañana vino mi hija a decir que partía a trabajar, le ofrecí acercarla al autobús y ya en camino, al ver que tenía muchísimo frío, decidí llevarla e invitarle un chocolate bien caliente. Me gusta apoyarla con esto pues casi siempre es la oportunidad de conversar y de escuchar acerca de lo que hace, lo que piensa, de sus planes... la vuelta puede ser pesada por el exceso de tráfico, aún así, vale la pena una y mil veces. 

Entrando a "Chapu" en el cruce con La Paz, nos topamos con un accidente aparatoso pero sin mayores consecuencias. Vimos que era muy temprano y la invité a rodar uno poco, la ciudad es hermosa, muy hermosa de mañana, hay poco tráfico y se puede avanzar con relativa calma. Tomamos Av. México y al llegar a Unión, le dije que buscáramos un nuevo café que se ha anunciado en la redes con bombo y platillo. Llegando al cruce de Unión y creo López Cotilla, no lo recuerdo, enfrente de nosotras vimos cómo un auto negro impacta a a una ambulancia de la Cruz Roja, como en cámara lenta ésta giro y se volteó sobre el costado del copiloto quedando cerca de la esquina. Como en cámara lenta, los autos avanzaban, seguían su camino, sólo frenaban un poco para curiosear. 

Mi hija estaba muy alterada y yo también. Sólo pensé en acercarnos y si era posible ayudar. La mujer que provocó el choque al avanzar sin atender a la ambulancia (seguro no la escuchó y mucho menos la vio) lloraba pero en su auto se veía bien. Era importante cruzar y llegar a donde estaba la ambulancia, una de las personas que se acercaron me ayudó a cruzar la avenida. 

Cosas que vimos y ocurrieron al acercarnos y descender del auto: 

  1. El conductor salió de la ambulancia rápidamente para bajar a las personas que iban atrás. 
  2. Quien iba a su lado quedó recargada dentro del vehículo. 
  3. Se acercaron personas (pocas) a ayudar a retirar el parabrisas para poder sacar a la persona que permanecía dentro.
  4. LOS SERVICIOS DE EMERGENCIA... NINGUNO, RESPONDIÓ. 
  5. Al acercarnos y ofrecer ayuda, la gente alrededor sólo nos miró con extrañeza. 
  6. Para apoyar algunos transeúntes y sólo dos autos nos detuvimos. 
  7. PARA ALGUIEN FUE MÁS IMPORTANTE GRABAR CON EL CELULAR LO OCURRIDO QUE AYUDAR. 
  8. Alguien se acercó a asegurarse que en el otro auto accidentado, la conductora estuviera bien.
  9. El chofer de la ambulancia estaba muy preocupado porque NADIE LE RESPONDÍA POR RADIO NI POR CELULAR (quiero pensar que las cámaras de tránsito registraron el accidente y sus operadores pudieron dar aviso inmediato). 
  10. Pasó una ambulancia de traslado que seguramente pudo informar de lo sucedido pues a los dos o tres minutos llegó otra ambulancia para auxiliar. 

Mi hija era una hojita que temblaba, creo que al fin ha comprendido cómo la vida puede cambiar en un parpadeo. Yo agradecí estar con ella también espantada lo que le sigue, todavía me siento nerviosa. 

Reflexionando, pienso que ser responsables en nuestra vida por la ciudad ayuda a que las cosas fluyan, que tener puestos los cinco sentidos en la conducción es vital, que SIEMPRE sin excusa ni pretexto, se dé paso franco a cualquier vehículo de traslado, no es negociable; que manejar a la defensiva siempre será mejor. 

Aprendo que debemos seguir educándonos en la solidaridad, en dar la importancia a las personas antes que a otras condiciones. En momentos de verdad es una necesidad ciudadana poder apoyar, poder actuar desde nuestras posibilidades por mínimas que estas sean olvidándonos de los celulares y/o electrónicos que hagan un registro "del momento".

Aprendo que hoy la ciudad cuenta con una ambulancia menos y que eso reduce la atención a incidentes como el de esta mañana.

Aprendo que vale la pena trabajar por desarrollar una cultura ciudadana que nos permita ser mejores personas.

Aprendo que la educación refuerza la sensibilidad a las necesidades de otros pero más que observar y escuchar el latido de nuestras ciudades nos permitirá trabajar y unir fuerzas.

Oro por las personas accidentadas, oro por todos nosotros para que podamos ser mejores ciudadanos, oro para que la indolencia del "no es mi problema" sea cada vez menos. Oro porque nuestra ciudad realmente sea de todos y que eso signifique mirar a sus habitantes como personas ante las cuáles vale la pena detenernos, observarnos, escucharnos y acompañarnos.