sábado, 6 de febrero de 2010

El regalo de una respuesta reflexiva (Reflexión que complementa mi entrada anterior y escrita por alguien a quien aprecio y valoro, sencillamente por ser...

Things to remember:
The worth of character.
The improvement of talent.
The influence of example.
The joy of origination.
The dignity of simplicity.
The succes of perserverance.

Marshall Field
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Intenté subirlo como comentario en tu blog, pero no me dejó porque estaba muy largo, jeje. Me gustó la entrada que publicaste, sobre todo porque considero que quien fundamenta lo que dice, más allá de simplemente definir una postura, está realizando un doble trabajo: aprender y enseñar.

Te agradezco por permitirme ser parte de este proceso de enseñanza-aprendizaje y sobre todo, por considerarme para compartir tus ideas, tus experiencias y tu entereza para afrontar los prejuicios.

Con mucho cariño,

M.

De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, el término cultura refiere al "conjunto de conocimientos que permiten a un individuo desarrollar su juicio crítico". En cierta forma, la misma cultura es el principio que ayuda a forjar una determinada forma de pensar y evaluar las situaciones positivas y negativas, bajo una moralidad (a mi modo de ver) construida a lo largo de la evolución histórica, social, intelectual y emocional de la humanidad. ¿Qué ocurre cuando alguien cuestiona las bases y principios postulados por su cultura? En general, sufre un rechazo tajante que le impide desarrollar un juicio verdaderamente crítico, pese a tener argumentos bien fundamentados sobre por qué opina de tal modo. Del mismo modo, los estilos de vida son tan diferentes entre sí que vale la pena retomar el popular dicho que cita “cada cabeza es un mundo”, tiene razón. Cada individuo recolecta a lo largo de su vida un sinnúmero de experiencias que le permiten (con las limitantes socio-culturales) establecer un protocolo de prejuicios y concepciones sobre su mundo, determinando cuáles acciones son o no correctas y orillándolo a la toma de decisiones que tienen influencia considerable de su pasado y presente cultural.
Considerando lo anterior, ¿cómo definir una postura ante dilemas que surgen a raíz de prejuicios en esta y todas las sociedades? Quizá la única forma de poder hacerlo sea siendo partícipe activo de dicho dilema, entendiendo el modelo que representa desde una perspectiva interna, íntima, que otorgue validez a cualquier argumento formulado en ese respecto. Gran parte de los inconvenientes y ataques generados contra los que se definen como “diferentes” a lo establecido por la cultura de la sociedad son por desinformación. Es deprimente que, viviendo en un mundo donde la información representa una ventaja competitiva para organizaciones y empresas, donde el acceso a la misma ha dejado de limitarse, y donde el nuevo conocimiento se construye de forma colaborativa, no se tenga la convicción de informarse antes de emitir cualquier juicio crítico. ¿Será que esta desidia es también consecuencia de las herencias culturales que adoptamos al nacer? La cultura, como su definición menciona, da las herramientas de valoración crítica a cada persona, por lo que es la misma cultura la que se encarga de definir patrones de comportamiento o conducta ante determinadas circunstancias. Entonces, si tenemos el precedente de que se nos ha formado con prejuicios heredados y aunado a esto, no tenemos la determinación para informarnos antes de emitir un juicio crítico ante lo que (aceptémoslo) desconocemos, ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos beneficiando a nuestra sociedad y a la vida misma o simplemente estamos incrementando la hondura de la zanja en la que nos encontramos?
Entonces, ¿cómo definir una postura? Una hipótesis por comprobar sería definir a dicha postura como una sumatoria de información recopilada tanto de la cultura propia, de otras, de las propias experiencias, manteniéndose siempre en una posición de apertura y de respeto a las diferencias, e impregnándola con la sensibilidad, es decir, la forma de percibir al mundo y de “vivir la vida” que cada persona posee. Mi única recomendación es que intentemos dejar de asegurar lo que en realidad desconocemos. Debemos comenzar a trabajar en la humildad, y en la determinación por crecer intelectual y emocionalmente con apoyo de los recursos de información a nuestro alcance. Y tomando este punto, uno de los recursos más útiles que existen y que se está desaprovechando es el compartir información de viva voz con aquellos que podrían ser en el tema de interés, ya sea porque es su estilo de vida, o porque han sabido encaminar sus impulsos a la documentación al respecto. ¿Cómo podemos decir que es incorrecta tal o cual acción si no conocemos detalles sobre ella? ¿Cómo podemos criticar determinadas posturas si no conocemos el contexto, el entorno y las razones para que alguien las tenga? Emitir juicios basados en premisas ambiguas trae como consecuencia que los prejuicios que aquejan la de por sí ya devastada cultura se incrementen y sean adoptados por las nuevas generaciones. Más allá de una evolución, pareciera que en el sentido cultural tenemos un estancamiento basado en prejuicios sin fundamento que no nos permiten valorar una de las mayores riquezas en el mundo: la diversidad.
La valoración a la diversidad de elementos que integran el mundo, así como la apertura a traspasar las fronteras que nosotros mismos por nuestros prejuicios hemos delimitado a nuestro alrededor son elementos clave en una verdadera evolución socio-cultural. Confío que este anhelo de vivir un mundo donde el ser o actuar distinto no sea una limitante para el pleno disfrute de los deleites vivenciales cimente sus objetivos en el respeto a las diferencias y la firme convicción de documentarnos de lo que desconocemos antes de criticar, así como de emitir un juicio crítico fundamentado antes de osar a hablar de lo que estamos conscientes.
Si la cultura es un conjunto de conocimientos que permiten la formación de un juicio crítico, y somos parte de una y varias culturas al mismo tiempo, ¿por qué no comenzar a formar nuestra cultura de una forma más humilde, empática y respetuosa? A final de cuentas, la cultura y las sociedades son elementos y sistemas diseñados por el hombre. Hay que apostarle a un rediseño socio-cultural que no tenga injerencia en lo que no comprende, y más que apostarle con nuestra fe, debemos apostarle con nuestra entera participación porque, queramos o no, otro de los prejuicios que truncan el desarrollo humano es la idea de que la otredad hará lo que uno mismo no está dispuesto a hacer.
Tenemos una sola oportunidad de vivir, y si hemos de vivirla atentando contra nuestra propia dignidad, reflejada en la de los cercanos a nosotros, estaremos desaprovechándola y haciendo de nuestra existencia un punto estático e imperceptible para el futuro. Si bien no concuerdo con ciertas ideologías o situaciones, intentaré respetarlas y obtener un beneficio invaluable de ellas: aprendizaje. Espero que quien lea estas líneas, aunque no concuerde conmigo, sí obtenga el mismo beneficio que he definido un par de líneas antes porque a fin de cuentas, el aprendizaje es un regalo difícil de entregar, y aun más difícil de aprender a recibir...

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