miércoles, 15 de junio de 2011

Cuando tu aire es invadido por humo aromático

Lindas ¿no?...también echan humo
Cuando era niña, recuerdo que mi abuelo consentido fumaba un cigarro tras otro. Se contaba que había comenzado a fumar a eso de los 11-12 años de edad. Lo recuerdo con su larga barba y sus inseparables "Alitas" (cigarros Alas). Recuerdo que había un olor penetrante en sus ropas, en su habitación en la casa. Yo no sabía que era el aroma del cigarro y que ese olor además de dañarlo a él, nos dañaba a quienes le rodeábamos.

Después, tengo presente a mi querido Chilolo, saboreando un cigarrillo, es vago este recuerdo. Mi papá Roberto, en casa, fumaba uno o dos cigarrillos y sólo al terminar de comer. Recuerdo que si había una reunión, los ceniceros podían terminar repletos de colillas que mi madre diligentemente retiraba antes de ir a dormir con el fin de que todo quedara limpio.

Fue por aquellos años que hice mis pininos con el cigarrillo descubriendo que NO ERA LO MÍO, me mareaba, me daba dolor de cabeza y su asqueroso sabor quedaba en mi boca por horas, sin contar el olor que impregnaba mi ropa. Dicho sea de paso, ninguna de las maravillas que promete el cigarrillo se cumple.

Años después, ya trabajando, era común que todos fumaran. Mi empleo era en uno de los mejores lugares del mundo (ahora lo se), era radio cultural y entonces se escuchaba música, se aprendía, se escribía, se leía. El único inconveniente es que desde el Director hasta quienes hacían el trabajo técnico, la mayoría, eran unas chimeneas andantes. Por supuesto, algo que no podía faltar era el café.

Cuando conozco al padre de mis hijos, fumaba y fumaba. Algo particular es que no conservaba el desagradable olor del cigarrillo y nunca le escuché toser por el humo. Nunca fumaba en las habitaciones, pero el hecho es que cada vez que él fumaba, yo también lo hacía y, tristemente, mis hijos también. Finalmente, fallece y me vuelvo alérgica física y mentalmente, al cigarrillo. Igual mis hijos.

Habían transcurrido alrededor de diez años cuando me tomaron unas radiografías ¡y mis pulmones todavía tenían evidencia de mi convivencia con un fumador! Por lo tanto, mis pequeños, seguramente estarían en condiciones similares. El más pequeño sufre de asma que inicia desde bebé. Pasó por un problema pulmonar severo y bueno, cada resfriado común puede ser todo un problema. ¿Más razones para ser enemiga pública del cigarrillo y sus efectos?

En un lugar libre de humo (como se declaran dieversos sitios públicos) se espera que no nada más se esté libre del humo de los cigarrillos, también de otros elementos, por ejemplo, el incienso. En ambos casos debe ser una garantía no ser un "inhalador pasivo". Para quienes fuman o prenden incienso, en muchas ocasiones, les resulta fácil afirmar "es mi cuerpo y hago con él lo que quiero", el asunto es que para quienes no fuman o no les agrada el incienso, nos les preguntan si les agrada ser dañados "tácitamente" por los placeres de otros.

En la actualidad, está de moda prender incienso, ¿será porque dicen que puede ser romántico, sanador, propiciador? No lo sé, pero si se que es AROMÁTICO, muy AROMÁTICO: la quema de incienso (en la liga está su interesante historia). "La Hermandad Blanca" explica, dependiendo del aroma, cuáles son los beneficios del mismo:

  • Incienso natural: revitalizante, despeje mental , clarificador, relajante ideal en la meditación, estabilizador emocional.
  • Estoraque: suavizante y unificador atrae gente, relaja es sensual y activa lo sexual, armonizante emocional, sensual, unifica, para el amor.
  • Ámbar: revitalizante en lo anímico, anti estrés, estabiliza en general.
  • Jazmín: estimulante anímico, antidepresivo, unificador.
  • Patchuli: para la meditación , estabilizador, para lo sensual y para el dinero.
  • Frutilla: para los afectos y las emociones, unifica y relaja, es anti estrés.
  • Pino: es refrescante y revitalizante; despeja la psiquis.
  • Eucaliptus: relajante y refrescante, clarifica y optimiza.
  • Violeta: suaviza, relaja, unifica y estabiliza anímicamente.
  • Lavanda: revitalizante, refrescante, ayuda al despeje psíquico y a la sensación de paz.
  • Jazmín: mejora la meditación y aumenta el apetito sexual.
  • Frankincensé: atrae el dinero, ayuda a la meditación y al despojo.
  • Rosa: atrae el amor, sirve para aprender a amarse uno mismo y para atraer la amistad.
  • Jengibre: Para el poder. También relaja el espíritu.
  • Cedro: para la limpieza y la purificación. Ayuda a la valentía.
  • Sándalo: protección, sanación.
  • Mirra: protección, espiritualidad.
  • Gardenia: para aliviar el dolor de un amor.
  • Coco: protección, purificación.
  • Canela: para atraer el dinero y el éxito.
Interesante ¿no? Se lee motivador y atractivo, pareciera que el incienso además de echar humo y aromatizar puede resolver casi cualquier problema (bien por los que creen en esto); sin embargo, ¿qué del humo? ¿qué de los daños que provoca inhalar este perfume "misterioso" cada vez que algún fan del incienso, inocentemente decide prender una varita, misma que no sólo aromatiza el espacio individual de quien lo consume sino que obliga a quienes le rodean, a respirar el humo de la también "inocente" varita aromática.

En Incemsum Incense, en sus PMF sobre incienso y los parámetros de calidad de incienso, se lee:
"La toxicidad de un palillo de incienso depende de sus ingredientes. Los palillos negros/colorados de grado comercial , que se hacen con mezclas de perfumes y alcohol, se queman más rápido y no permiten la evaporización de los compuestos aromáticos. Eso ocurre porque el punto de ebullición del alcohol, y el de las mezclas de perfumes - son bastante parecidas."

Como la sustancia aromática no se evapora, pero sí se quema, se produce monóxido de carbono como efecto secundario de la quema de hidrocarburos insaturados. El resultado es que el humo y el vapor producidos pueden causar dolores de cabeza y náuseas. Por eso mismo, algunos palillos de incienso que huelen bien antes de ser encendidos, producen olores desagradables al encenderse." Es decir, es como si me agachara a respirar las emisiones de monóxido de carbono de un auto y me quedara tan campante.
Los expertos explican que el humo del incienso contiene diversos contaminantes, incluidos gases que contienen monoxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de sulfuro (SOx), componentes orgánicos volátiles (VOCs), además del benzopireno (hidrocarburos aromáticos policíclicos) y metales tóxicos. También se pueden encontrar diminutas partículas sólidas. Desde luego, a mayor exposición, mayor riesgo.

En un entorno cuya ventilación es reducida, la exposición al humo y sus componentes es mayor, hacen que los compuestos cancerígenos aumenten su concentración. No hay duda, en mayor o menor grado, el humo del incienso es cancerígeno; personalmente, no me importa si mucho o poco. Sencillamente, espero que un lugar que se declara "libre de humo", pueda REALMENTE, estarlo, ¿qué no?

Algunos síntomas de reacción a las emisiones contaminantes del incienso, son:
  • Tos crónica
  • Expectoración crónica
  • Bronquitis crónica
  • Goteo nasal
  • Sibilancias
  • Asma
  • Rinitis alérgica
  • Neumonía
Paradójicamente, un fumador, al dejar de serlo y sólo inhalar el humo del incienso, disminuye significativamente su riesgo de adquirir cáncer de pulmón, aunque no otros males derivados de la inhalación constante de "las varitas". Un fumador o inhalador pasivo, ve comprometida su salud de manera importante.

Algunas fuentes:

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