sábado, 13 de junio de 2009

Cifras DE-SA-LEN-TA-DO-RAS... con el corazón apachurrado

Ayer en la mañana escuché en las noticias que presentaban una nota en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Decían algo así como "son poco alentadoras las cifras en torno al trabajo infantil", destacando el testimonio de dos niños. Un pequeño que comenzó a trabajar vendiendo dulces y chicles, al ver que su mamá por más que estiraba el dinero nada más no le alcanzaba. El otro niño es explotado en condiciones infrahumanas en una mina de la cual se extrae oro. Ambos, realizando jornadas de más de 10 horas...¿Cifras UN POCO desalentadoras? Qué tanto es "tantito", qué tanto es "muchito"? Son cifras DE-SA-LEN-TA-DO-RAS.
La lucha en contra de la explotación de menores debe ser constante, no hay justificación: la vida es para vivirla de acuerdo a su momento y a cada etapa de desarrollo... ¿En qué momento las circunstancias (no se si llamarle así o destino, vida, situaciones, no se cual es el sujeto correcto en esta oración -¿lo hay?-), deciden que un niño no tenga la vida que todo infante merece? ¿Quién tiene el poder (está por demás decir que hay quienes se lo adjudican gratis) de robarle la infancia y la alegría a un niño? ¿Quién tiene el título de juez para decidir y no dejar que nuestros niños crezcan en salud y alegría?
Un niño que es explotado tendrá una vida miserable (así como se lee de fuerte) en todos los sentidos. ¿Qué hacer? ¿A dónde y cómo dirigir estos pensamientos que permitan abrir ventanas a un futuro con oportunidades de vida digna e íntegra? ¿Cómo unirnos como sociedad y dejar de pensar "el problema no es mío"? ¿Cómo asumir nuestra responsabilidad primero en casa (por ahí se empieza) y luego poder extender los brazos? Se que hay personas que logran hacer esa extensión y tener la sabiduría y el coraje para lanzarse a un ejercicio de compromiso solidario.
Declara la UNICEF que trabajo infantil es "aquel que priva a los niños de su infancia y dignidad, les impide que accedan a la educación para adquirir calificaciones, y es desarrollado en condiciones deplorables y perjudiciales para la salud y el sano desarrollo del niño."

Escribe alguien (no tiene caso "ventanear"):
"Hoy día 12 de junio se celebra el día contra el Trabajo Infantil a fin deevitar que los pequeños trabajen. Este día fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas y este año tiene como tema central la explotación laboral de las niñas, debido a que en todos los rincones del mundo un número importante de niñas se encuentra trabajando, con frecuencia en alguna de las peores formas de trabajo infantil.
Es un hecho que conforme los trabajos para la familia son menos o peor remunerados, los niños se ven obligados a dejar las aulas e integrarse a la fuerza laboral, sea en las calles o en el campo. Por esta simple razón es y debería continuar siendo una obligación para el gobierno federal, crear más plazas laborales para la familia, evitando el trabajo y la explotación infantil."


¿Sólo es problema del Gobierno Federal resolver los problemas de pobreza, abandono, de creación de empleos? ¿Sólo al Gobierno Federal le concierne un problema de todos? ¿Sólo el Gobierno Federal debe educar? Si bien es responsablidad del Estado velar por el bienestar de sus ciudadanos, no todo el problema depende de ellos... es de todos. ¿Quiénes conforman un gobierno sea federal, estatal, municipal? ¡Ciudadanos! Ciudadanos elegidos por ciudadanos... ¿qué clase de ciudadanos le lanzan la responsabilidad absoluta de sus desgracias a un sólo actor? ¿Qué tipo ciudadanía es la conformada por nosotros que pensamos que con votar es suficiente? ¿Que con señalar lo que está mal basta?

Nuestros niños, la adscripción no importa, son responsabilidad de todos. Crear oportunidades es responsabilidad nuestra: tuya, mía, de casi cualquiera capaz de acceder a un equipo de cómputo, de escribir en este medio, de expresarse (quiere decir que estamos teniendo oportunidades que muchos niños no tienen). Lograr gobiernos responsables de sus funciones, son responsabilidad de todos, especialmente lo que más hemos recibido y no escribo de dinero, no se trata sólo de eso. Educar para crecer y desarrollarnos es responsabilidad de todos. No podemos educar y formar en la indignidad de una vida explotada, de una infancia destrozada por la injusticia. No podemos, no debemos.
Fotografía: Jorge Urdapilleta

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