sábado, 13 de junio de 2009

El sentido de pertenencia desde mi ventana

La vida puede ser vista desde una ventana. En el alféizar de la mía, suelo recargarme y mirar, a veces soprendida, a veces meditabunda, otras preocupada, otras alegre. Los matices pueden ser infinitos ¡bien por ello!

"Los que se van" es un documental realizado por Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman. Fue presentado el día de ayer en un repleto teatro "Gota de Plata". Destacaba la presencia de políticos, empresarios y algunos más para quienes era importante dejarse ver "el tout Pachus". Había otro grupo compuesto por estudiantes de escuelas de distintos lugares del estado de Hidalgo, señoras, señores de extracción evidentemente humilde. Varios de ellos llevaban una especie de morrales y otros en bolsas de plástico "sandwiches", yogurth, jugo y una manzana. Curioso ¿no? habiendo personas de tantas partes diferentes, tenían en común que todos se alimentarían con las mismas viandas. No hace falta mucho para poder hacer inferencias que puedan ser verdades.

Aunque casi puntuales, no lo fueron, una de mis amigas dijo "es increíble que unos cuantos puedan tener esperando a dos mil personas dentro de un auditorio", interesante ¿no? Como dijo, un político el pasado jueves por la noche "tengo muy claro lo que es privado de lo que es público" uffffffff... que lea al maestro Aranguren ¡por favor! Finalmente, con bombo y platillo fue anunciada la llegada de un grupo de personalidades: unas, las que patrocinaron el documental por presentar; otros, políticos locales y estatales y Juan Carlos Rulfo a quien sin más, invitaron a pasar al frente antes de inicar el film.

Al momento de verlo subir pensé en lo que es trascender y no pensaba precisamente en él, sino en su padre, el hijo puede ser brillante pero la sombra de un padre de las dimensiones del suyo, debe ser muy complicado y enorme. Cuando una escucha "Rulfo", piensa en "El llano el llano en llamas" y "Pedro Páramo". "Del olvido al no me acuerdo" (título de una película de Rulfo hijo) quizá quede en las memorias de la Cineteca Nacional, mas no en la presencia de un universo de cinéfilos.

Juan Carlos Rulfo subió al podio con cara de incredulidad, ¡habían llenado un auditorio con dos mil personas para que vieran su trabajo auspiciado por la Fundación Bancomer que en el caso de Hidalgo, es encabezada por Don Romualdo Tellería hijo. Fue espontáneo y justo se refirió a lo sorprendido que estaba, señalando que era la primera vez que veía a tantas personas reunidas para ver esta película. La película aunque a ratos lenta, transcurrió en orden, habiendo tantos jovencitos, supieron comportarse a la altura. Pienso que el tema los tocó de manera muy cercana pues al terminar la película aplaudieron especialmente al director de cine quien volvió a hablar e hizo una reflexión sobre lo que significa la película pues son historias que se repiten todo el tiempo en todo el país.

El tema del documental: migración, donde no es tema referirse a los que están "del otro lado" sino a "Los que se quedan". No podía evitar y seguro algunos más lo hicieron, pensar que en ese auditorio había muchos que fueron dejando de ver a sus padres, tíos, hermanos, amigos porque se han ido al norte y que lo que veían en pantalla era su propia historia.

Vinieron a mi memoria dos imágenes, la primera fue el recuerdo de un regreso de Puebla a Pachuca como a eso de las cinco de la tarde hace más o menos un año. En la zona de Apan pude ver algo que desde lo más profundo de mi corazón deseé que pudiera repetirse a lo largo y a lo ancho de mi país. Prácticamente en cada parcela había tractores moviendo la tierra y formando zurcos para la siembra; una tierra café, olorosa y llena de esperanza que al paso de los tractores levantaba un polvillo que hacía que la luz se viera dorada. Se veían grupos de personas, adultos mayores, maduros, jóvenes, niños concentrados en lo mismo. Muchos trabajando, otros descansando y comiendo; algunos cabalgaban por los campos y desde ese día cuando evoco esta imagen, por un lado me da alegría porque todas esas personas en el campo estaban conectadas a la tierra, a la vida, al lugar donde han nacido y crecido. Por el otro, me da tristeza, cuántas tierras van quedando improductivas y con ellas cuántos sueños rotos que son transportados "al otro lado" haciendo que se quede en algún rincón la patria, el sentido de pertenencia, el gusto de ser de un lugar en particular.

La segunda imagen es cuando viajo de Pachuca a Querétaro por la carretera libre. A lo largo del camino, es posible observar numerosas construcciones hechas de diversos materiales, de los cuales predomina el aluminio, las ventilas de persianas de vidrio, puertas de madera no entablerada, sino de tambor. Muros aplanados con una especie de cemento gris. Algunas casas ya terminadas, otras más en obra negra... ¡eso si! unas más otras menos, representan reminiscencias del estilo norteamericano, medio californiano. Techos de tres o cuatro aguas, ventanas semihexagonales, ¡una fuente pintada de blanco donde se distingue a una joven desnuda sosteniendo un cántaro de donde "mana" el agua. ¿Y el pozo, y el patio y el adobe o el ladrillo, la noble madera? ¿A qué precio? Quizá algunos logren salir adelante y con lo que ganan en sus tristes empleos de mojados, puedan tomar fuerza e impulso para volver a comenzar en esta tierra maravillosa y maldita a la vez. Algunos otros, irán y vendrán cada cierto tiempo, algunos más no volverán a México en muchos años y otros, simplemente se olvidarán de lo que han dejado aquí incluídos los hijos perdiendo el sentido de pertenencia.

Hace algunos meses escuché que muchos jóvenes no están interesados en seguir estudiando, allá, en la lejanía de pequeñas comunidades del estado porque después de terminar la secundaria lo único que esperan es a que lleguen "los polleros" para irse a buscar suerte en Estados Unidos.

De todo esto trata el documental, quizá no es el mejor en cuanto a la hilación de las historias, tiene muy buena fotografía, buena composición, la música es excelente. El tema tremendo por lo que significa el desarraigo, la pérdida del sentido de pertenencia, el hecho de que en tu lugar, en tu casa, no sea posible crecer y desarrollarte dignamente.

Ojalá, ojalá algún día nuestro país logre que todos los que habitamos en él podamos, sobre la base de una buena educación, construir oportunidades para crecer y ser mejores personas, mejores ciudadanos... Que así sea.

Observen y escuchen... gracias a quienes lean este blog y a quienes se animen a colocar algún comentario.

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