domingo, 21 de junio de 2009

Los recuerdos olvidados



Son años de ir corriendo. Tiempo a veces sin aparente tiempo; sin embargo, cuando menos lo esperas, la vida te devuelve recuerdos que parecían olvidados. Los recuerdos olvidados que regresan sin avisar, aunque pueden doler mucho, seguro tienen una razón de ser: recordar un círculo sin cerrar para quizá, buscar cerrarlo. Recordar algo que no terminó de ponerse en orden. Recordar para seguir.

Otros recuerdos, tienen la magia de arrancarte una sonrisa traviesa y un calorcillo en el alma permitiendo sentir que la vida fluye desde su lado amable. Que pase lo que pase, aunqe de pronto se quebrante nuestra fortaleza, siempre hay algo bueno que recordar y tener presente.

Esos recuerdos que llegan inesperadamente, sirven para comenzar a conectar una serie de historias, relaciones, pensamientos que durante años habían estado allí pero sin interconectarse y entonces, la vida te recuerda que estás viva, que hay cosas que no importa el tiempo que pase, duelen, que hay circunstancias y personas que sin tener una conexión aparente, han cruzado por tu diario andar y que de pronto, se interrelacionan y entonces, entre las lágrimas, comienzas a comprender; quizá con llanto, con tristeza, con miedo y con dolor... Son recuerdos para hacer altos, definir bastas y recordar que todas y cada una de las cosas que suceden en tu vida, han tenido y tienen una razón de ser. Es posible que tome años comprender, indagar y comenzar a poner en su lugar ciertas historias, personas... pero finalmente, estoy segura, regresan para ponerlos en su justa dimensión, en su justo peso y en su justo lugar.

Bendita sea la memoria que nos permite detenernos a mirar el pasado y el presente, no importa que te tome por asalto y por un momento te derrumbe. A veces es tan violento lo que se revela que no puedes asimilarlo y entonces puede ser que brote desde lo más profundo del alma, del corazón y de la memoria, un llanto como nunca en tu vida recuerdas haberlo tenido, un llanto desgarrador pero lleno de entendimiento con todo y su dolor. Un llanto que nunca imaginaste ser capaz de tener dentro de ti y que por un rato es incontenible, que tiene que inundarte para que luego llegue poco a poco la calma.

Parece doloroso, lo es; sin embargo, es la antesala de una mayor serenidad, de un mayor entendimiento, es la posibilidad de encontrar algo de paz en tu espíritu y de poner orden en el hogar de tu alma y de tu corazón.

Como lo he citado antes, lo vuelvo a hacer:

"Me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios." (J. Sabines)

La mano de Dios se hizo presente.... y hoy comprendo un poco más.

2 comentarios:

  1. tenía rato que no me paseaba por su blog, y leyendo vi lo siguiente: "...es la antesala de una mayor serenidad, de un mayor entendimiento, es la posibilidad de encontrar algo de paz en tu espíritu y de poner orden en el hogar de tu alma y de tu corazón." Vaya que tiene razón Super, ahora más que nunca es cuando se necesita tener paz y estar serenos (al menos en lo personal)

    un beso y un abrazo enormes...

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  2. Hola Clau:
    Qué gusto leerte por aquí. Serenidad, entendimiento y paz creo que a todos más o menos pero a todos no son necesariosl.
    Un abrazo, gracias por leerme.

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