sábado, 27 de junio de 2009

Entre competencias docentes y pensamientos que salen desde el alma


Trabajo en un área que me gusta mucho, hago lo que me gusta y me hace feliz. Sin embargo, es claro que algo no marcha desde el momento en que no encuentro la forma de hacer que el barco se mueva con suavidad pero con constancia. Tengo días dando vueltas y vueltas sobre cómo lograr que las cosas sucedan de manera diferente. Investigo, leo, pienso, platico y nada más no le encuentro la cuadratura al círculo.

Es claro que yo debo encontrar maneras diferentes de hacer las cosas para que mi poder de convocatoria sea efectivo; sin embargo en mi búsqueda, encuentro que hay una parte que definitivamente no puedo andar:

  • Capacitarme por otros.

  • Leer por los otros para aprender.

  • Apropiarme del modelo bajo el cual debemos desarrollarnos como docentes por convicción, por búsqueda de crecimiento personal.

  • Considerar la posibilidad de reinventarme rompiendo habitualidades.

  • Aprender lo que otros no desean aprender.

  • Generar alternativas de desarrollo.

  • Estar consciente de manera permanente de que el trabajo es frente a personas y que esas personas se merecen lo mejor de nosotros.

  • Amar apasionadamente nuestro oficio.

Se que esta resulta más una lista de quejas que razones para lograr cambios, por algún lado debo comenzar. Algo que es definitivo es que como lo he comentado en otras ocasiones y no me acuerdo quien lo dijo "nadie aprende lo que no quiere." De este listado, en lo personal busco hacerme cargo como individuo, algunas cosas se han dado de manera digamos que natural, otras, he debido trabajarlas y algunas más las debo profundizar.

Resulta triste que habiendo tantas personas alrededor, en la misma actividad que la mía, en las oportunidades de aprender, nos encontremos siempre las mismas personas y de otras ni siquiera sabemos quiénes son. Bien por los encuentros, mal por los desencuentros.

En un mundo en el que se habla de competencias, ¡sorpresa! NO HAY TIEMPO para considerar su importancia. A lo mejor es una moda, pero la educación se está moviendo hacia allá y eso quiere decir que debemos actualizarnos, desplazarnos y comprender el mundo de la docencia, de formar personas y ciudadanos, desde este nuevo espacio y para ello, es indispensable un ejercicio de apropiación de lo que esto significa y actuar por convicción.

Interesantísimo que hoy por hoy, no basta en nuestro campo profesional decir "soy muy buena", ahora debo demostrar mis capacidades, mis actitudes, mis habilidades. Debo dar EVIDENCIAS. Entiendo que es confrontarse con una misma y con los demás y eso a más de alguno le da miedo, yo creo que a todos pero es algo así como la pimienta sobre un delicioso y jugoso filete (no soy vegetariana) y una buena copa de vino tinto.

Cambio de rumbo...

En medio de esto, se me ocurre la genial idea de tener algo así como un encuentro conmigo misma y pues ¡colapso! muchas preguntas sin respuesta, muchos "veintes" cayendo y vaya que se me han complicado las neuronas. Además junto con esto, Diva (mi computadora) hizo de las suyas y pues héme aquí escribiendo en un equipo temporal que ya no quiero que me quiten ¡tiene unas superbocinas! ¡Mi espíritu, mi corazón, se llenan de música y ¡lo disfruto mucho!

Entonces, ando medio complicada pero conservando la capacidad de mirar, escuchar, sentir a pesar de todo y para mi eso es señal de que no claudicaré. Además hoy recibí carta... mi buen alumno-amigo ¡gracias! gracias por rescatar la magia de enviar cartas "a la antigüita", es recuperar la esperanza de que cuando pase el cartero, a lo mejor trae noticias. ¡Es un regalo maravilloso! Muchos jóvenes no conocen de este gozo y los de mi generación lo conocen pero seguro que muchos lo han olvidado. Las cartas traen noticias a otro ritmo, pero con la maravilla de leer en un papel que fue manuscrito, con pluma fuente y con pensamientos y sentimientos que se sienten.

La tecnología es una herramienta maravillosa pero el papel y la pluma fuente para decir cosas, expresarse ¡son excelentes! Efra, hagamos una campaña de rescate de la pluma y el papel para escribir noticias, pensamientos. proyectos, sueños, alegrías y tristezas. Una carta, aunque puede tener una mala noticia, de una u otra forma, reconforta, acompaña, humaniza.

Un ejemplo de la maravilla de la comunicación electrónica: "Cartas desde mi memoria"

Un ejemplo de cartas manuscritas: "Steal a pencil for me" (si pueden lean las cartas o el documental... nunca, nunca en mi vida pensé que el drama del Holocausto pudiera conservar una memoria como esta).

Gracias por leer estos devaneos y desalineaciones... hasta la próxima.

domingo, 21 de junio de 2009

Los recuerdos olvidados



Son años de ir corriendo. Tiempo a veces sin aparente tiempo; sin embargo, cuando menos lo esperas, la vida te devuelve recuerdos que parecían olvidados. Los recuerdos olvidados que regresan sin avisar, aunque pueden doler mucho, seguro tienen una razón de ser: recordar un círculo sin cerrar para quizá, buscar cerrarlo. Recordar algo que no terminó de ponerse en orden. Recordar para seguir.

Otros recuerdos, tienen la magia de arrancarte una sonrisa traviesa y un calorcillo en el alma permitiendo sentir que la vida fluye desde su lado amable. Que pase lo que pase, aunqe de pronto se quebrante nuestra fortaleza, siempre hay algo bueno que recordar y tener presente.

Esos recuerdos que llegan inesperadamente, sirven para comenzar a conectar una serie de historias, relaciones, pensamientos que durante años habían estado allí pero sin interconectarse y entonces, la vida te recuerda que estás viva, que hay cosas que no importa el tiempo que pase, duelen, que hay circunstancias y personas que sin tener una conexión aparente, han cruzado por tu diario andar y que de pronto, se interrelacionan y entonces, entre las lágrimas, comienzas a comprender; quizá con llanto, con tristeza, con miedo y con dolor... Son recuerdos para hacer altos, definir bastas y recordar que todas y cada una de las cosas que suceden en tu vida, han tenido y tienen una razón de ser. Es posible que tome años comprender, indagar y comenzar a poner en su lugar ciertas historias, personas... pero finalmente, estoy segura, regresan para ponerlos en su justa dimensión, en su justo peso y en su justo lugar.

Bendita sea la memoria que nos permite detenernos a mirar el pasado y el presente, no importa que te tome por asalto y por un momento te derrumbe. A veces es tan violento lo que se revela que no puedes asimilarlo y entonces puede ser que brote desde lo más profundo del alma, del corazón y de la memoria, un llanto como nunca en tu vida recuerdas haberlo tenido, un llanto desgarrador pero lleno de entendimiento con todo y su dolor. Un llanto que nunca imaginaste ser capaz de tener dentro de ti y que por un rato es incontenible, que tiene que inundarte para que luego llegue poco a poco la calma.

Parece doloroso, lo es; sin embargo, es la antesala de una mayor serenidad, de un mayor entendimiento, es la posibilidad de encontrar algo de paz en tu espíritu y de poner orden en el hogar de tu alma y de tu corazón.

Como lo he citado antes, lo vuelvo a hacer:

"Me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios." (J. Sabines)

La mano de Dios se hizo presente.... y hoy comprendo un poco más.

sábado, 13 de junio de 2009

El sentido de pertenencia desde mi ventana

La vida puede ser vista desde una ventana. En el alféizar de la mía, suelo recargarme y mirar, a veces soprendida, a veces meditabunda, otras preocupada, otras alegre. Los matices pueden ser infinitos ¡bien por ello!

"Los que se van" es un documental realizado por Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman. Fue presentado el día de ayer en un repleto teatro "Gota de Plata". Destacaba la presencia de políticos, empresarios y algunos más para quienes era importante dejarse ver "el tout Pachus". Había otro grupo compuesto por estudiantes de escuelas de distintos lugares del estado de Hidalgo, señoras, señores de extracción evidentemente humilde. Varios de ellos llevaban una especie de morrales y otros en bolsas de plástico "sandwiches", yogurth, jugo y una manzana. Curioso ¿no? habiendo personas de tantas partes diferentes, tenían en común que todos se alimentarían con las mismas viandas. No hace falta mucho para poder hacer inferencias que puedan ser verdades.

Aunque casi puntuales, no lo fueron, una de mis amigas dijo "es increíble que unos cuantos puedan tener esperando a dos mil personas dentro de un auditorio", interesante ¿no? Como dijo, un político el pasado jueves por la noche "tengo muy claro lo que es privado de lo que es público" uffffffff... que lea al maestro Aranguren ¡por favor! Finalmente, con bombo y platillo fue anunciada la llegada de un grupo de personalidades: unas, las que patrocinaron el documental por presentar; otros, políticos locales y estatales y Juan Carlos Rulfo a quien sin más, invitaron a pasar al frente antes de inicar el film.

Al momento de verlo subir pensé en lo que es trascender y no pensaba precisamente en él, sino en su padre, el hijo puede ser brillante pero la sombra de un padre de las dimensiones del suyo, debe ser muy complicado y enorme. Cuando una escucha "Rulfo", piensa en "El llano el llano en llamas" y "Pedro Páramo". "Del olvido al no me acuerdo" (título de una película de Rulfo hijo) quizá quede en las memorias de la Cineteca Nacional, mas no en la presencia de un universo de cinéfilos.

Juan Carlos Rulfo subió al podio con cara de incredulidad, ¡habían llenado un auditorio con dos mil personas para que vieran su trabajo auspiciado por la Fundación Bancomer que en el caso de Hidalgo, es encabezada por Don Romualdo Tellería hijo. Fue espontáneo y justo se refirió a lo sorprendido que estaba, señalando que era la primera vez que veía a tantas personas reunidas para ver esta película. La película aunque a ratos lenta, transcurrió en orden, habiendo tantos jovencitos, supieron comportarse a la altura. Pienso que el tema los tocó de manera muy cercana pues al terminar la película aplaudieron especialmente al director de cine quien volvió a hablar e hizo una reflexión sobre lo que significa la película pues son historias que se repiten todo el tiempo en todo el país.

El tema del documental: migración, donde no es tema referirse a los que están "del otro lado" sino a "Los que se quedan". No podía evitar y seguro algunos más lo hicieron, pensar que en ese auditorio había muchos que fueron dejando de ver a sus padres, tíos, hermanos, amigos porque se han ido al norte y que lo que veían en pantalla era su propia historia.

Vinieron a mi memoria dos imágenes, la primera fue el recuerdo de un regreso de Puebla a Pachuca como a eso de las cinco de la tarde hace más o menos un año. En la zona de Apan pude ver algo que desde lo más profundo de mi corazón deseé que pudiera repetirse a lo largo y a lo ancho de mi país. Prácticamente en cada parcela había tractores moviendo la tierra y formando zurcos para la siembra; una tierra café, olorosa y llena de esperanza que al paso de los tractores levantaba un polvillo que hacía que la luz se viera dorada. Se veían grupos de personas, adultos mayores, maduros, jóvenes, niños concentrados en lo mismo. Muchos trabajando, otros descansando y comiendo; algunos cabalgaban por los campos y desde ese día cuando evoco esta imagen, por un lado me da alegría porque todas esas personas en el campo estaban conectadas a la tierra, a la vida, al lugar donde han nacido y crecido. Por el otro, me da tristeza, cuántas tierras van quedando improductivas y con ellas cuántos sueños rotos que son transportados "al otro lado" haciendo que se quede en algún rincón la patria, el sentido de pertenencia, el gusto de ser de un lugar en particular.

La segunda imagen es cuando viajo de Pachuca a Querétaro por la carretera libre. A lo largo del camino, es posible observar numerosas construcciones hechas de diversos materiales, de los cuales predomina el aluminio, las ventilas de persianas de vidrio, puertas de madera no entablerada, sino de tambor. Muros aplanados con una especie de cemento gris. Algunas casas ya terminadas, otras más en obra negra... ¡eso si! unas más otras menos, representan reminiscencias del estilo norteamericano, medio californiano. Techos de tres o cuatro aguas, ventanas semihexagonales, ¡una fuente pintada de blanco donde se distingue a una joven desnuda sosteniendo un cántaro de donde "mana" el agua. ¿Y el pozo, y el patio y el adobe o el ladrillo, la noble madera? ¿A qué precio? Quizá algunos logren salir adelante y con lo que ganan en sus tristes empleos de mojados, puedan tomar fuerza e impulso para volver a comenzar en esta tierra maravillosa y maldita a la vez. Algunos otros, irán y vendrán cada cierto tiempo, algunos más no volverán a México en muchos años y otros, simplemente se olvidarán de lo que han dejado aquí incluídos los hijos perdiendo el sentido de pertenencia.

Hace algunos meses escuché que muchos jóvenes no están interesados en seguir estudiando, allá, en la lejanía de pequeñas comunidades del estado porque después de terminar la secundaria lo único que esperan es a que lleguen "los polleros" para irse a buscar suerte en Estados Unidos.

De todo esto trata el documental, quizá no es el mejor en cuanto a la hilación de las historias, tiene muy buena fotografía, buena composición, la música es excelente. El tema tremendo por lo que significa el desarraigo, la pérdida del sentido de pertenencia, el hecho de que en tu lugar, en tu casa, no sea posible crecer y desarrollarte dignamente.

Ojalá, ojalá algún día nuestro país logre que todos los que habitamos en él podamos, sobre la base de una buena educación, construir oportunidades para crecer y ser mejores personas, mejores ciudadanos... Que así sea.

Observen y escuchen... gracias a quienes lean este blog y a quienes se animen a colocar algún comentario.

Cifras DE-SA-LEN-TA-DO-RAS... con el corazón apachurrado

Ayer en la mañana escuché en las noticias que presentaban una nota en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Decían algo así como "son poco alentadoras las cifras en torno al trabajo infantil", destacando el testimonio de dos niños. Un pequeño que comenzó a trabajar vendiendo dulces y chicles, al ver que su mamá por más que estiraba el dinero nada más no le alcanzaba. El otro niño es explotado en condiciones infrahumanas en una mina de la cual se extrae oro. Ambos, realizando jornadas de más de 10 horas...¿Cifras UN POCO desalentadoras? Qué tanto es "tantito", qué tanto es "muchito"? Son cifras DE-SA-LEN-TA-DO-RAS.
La lucha en contra de la explotación de menores debe ser constante, no hay justificación: la vida es para vivirla de acuerdo a su momento y a cada etapa de desarrollo... ¿En qué momento las circunstancias (no se si llamarle así o destino, vida, situaciones, no se cual es el sujeto correcto en esta oración -¿lo hay?-), deciden que un niño no tenga la vida que todo infante merece? ¿Quién tiene el poder (está por demás decir que hay quienes se lo adjudican gratis) de robarle la infancia y la alegría a un niño? ¿Quién tiene el título de juez para decidir y no dejar que nuestros niños crezcan en salud y alegría?
Un niño que es explotado tendrá una vida miserable (así como se lee de fuerte) en todos los sentidos. ¿Qué hacer? ¿A dónde y cómo dirigir estos pensamientos que permitan abrir ventanas a un futuro con oportunidades de vida digna e íntegra? ¿Cómo unirnos como sociedad y dejar de pensar "el problema no es mío"? ¿Cómo asumir nuestra responsabilidad primero en casa (por ahí se empieza) y luego poder extender los brazos? Se que hay personas que logran hacer esa extensión y tener la sabiduría y el coraje para lanzarse a un ejercicio de compromiso solidario.
Declara la UNICEF que trabajo infantil es "aquel que priva a los niños de su infancia y dignidad, les impide que accedan a la educación para adquirir calificaciones, y es desarrollado en condiciones deplorables y perjudiciales para la salud y el sano desarrollo del niño."

Escribe alguien (no tiene caso "ventanear"):
"Hoy día 12 de junio se celebra el día contra el Trabajo Infantil a fin deevitar que los pequeños trabajen. Este día fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas y este año tiene como tema central la explotación laboral de las niñas, debido a que en todos los rincones del mundo un número importante de niñas se encuentra trabajando, con frecuencia en alguna de las peores formas de trabajo infantil.
Es un hecho que conforme los trabajos para la familia son menos o peor remunerados, los niños se ven obligados a dejar las aulas e integrarse a la fuerza laboral, sea en las calles o en el campo. Por esta simple razón es y debería continuar siendo una obligación para el gobierno federal, crear más plazas laborales para la familia, evitando el trabajo y la explotación infantil."


¿Sólo es problema del Gobierno Federal resolver los problemas de pobreza, abandono, de creación de empleos? ¿Sólo al Gobierno Federal le concierne un problema de todos? ¿Sólo el Gobierno Federal debe educar? Si bien es responsablidad del Estado velar por el bienestar de sus ciudadanos, no todo el problema depende de ellos... es de todos. ¿Quiénes conforman un gobierno sea federal, estatal, municipal? ¡Ciudadanos! Ciudadanos elegidos por ciudadanos... ¿qué clase de ciudadanos le lanzan la responsabilidad absoluta de sus desgracias a un sólo actor? ¿Qué tipo ciudadanía es la conformada por nosotros que pensamos que con votar es suficiente? ¿Que con señalar lo que está mal basta?

Nuestros niños, la adscripción no importa, son responsabilidad de todos. Crear oportunidades es responsabilidad nuestra: tuya, mía, de casi cualquiera capaz de acceder a un equipo de cómputo, de escribir en este medio, de expresarse (quiere decir que estamos teniendo oportunidades que muchos niños no tienen). Lograr gobiernos responsables de sus funciones, son responsabilidad de todos, especialmente lo que más hemos recibido y no escribo de dinero, no se trata sólo de eso. Educar para crecer y desarrollarnos es responsabilidad de todos. No podemos educar y formar en la indignidad de una vida explotada, de una infancia destrozada por la injusticia. No podemos, no debemos.
Fotografía: Jorge Urdapilleta

domingo, 7 de junio de 2009

Ahora, tres días de ciudadanía activa más lecciones de vida



Si la semana antepasada fue una aventura, esta lo fue más, sobre todo si tomo en cuenta que pasé algunas horas "apoltronada" en una especie de combi que no lo es, incómoda a morir pero buena para cumplir con el cometido de trasladarnos de nuestro Campus a Campus Santa Fé.


¿Les ha sucedido que cuando piensan que vienen unos días (aunque sea pocos) más tranquilos ¡zaz! algo pasa y todo comienza a correr, correr y correr?


De sorpresa en sorpresa

Primer día (lunes), salida del Campus a las 6:15 de la mañana ¡error! Era tarde para ir una ciudad de México siempre en caos y repleta de automovilistas desesperados por ser los primeros ¿en qué o de qué?, nadie sabe exactamente. Viaje más o menos con ruta... el conductor tenía idea de a dónde iba pero no exactamente. Dos de mis queridas compañeras, ¡qué compañeras! Amigas con gran disposición para ayudar aunque por momentos, una y otra, se contradecían. Llegada a Santa Fe (no supe bien por dónde), como a eso de las 9:40 de la mañana...¡SIIIIIII! 40 minutos tarde, que para alguien impuntual, "no es nada", para los puntuales y puntuales extremos ¡es causa de fusilamiento, sin mediar de por medio juicio alguno!

Inicio formal del curso sobre las 10:00 de la mañana, ¡estado de shock! para varias de mis compañeras cuando el expositor anunció que el curso sería en ¡INGLÉS! Una de ellas sencillamente dijo "yo no vengo mañana". A la media hora, por lo menos dos de mis amigas comenzaban a tener la mirada perdida y somnolienta. Para buena fortuna de ellas y de algunas que presumían saber inglés, mi querida "Blue Eyes" decidió interceder por los que no comprendían ni la "a" en ese idioma de nuestros desvelos y "El Kevin" decidió ser flexible y transitar de su impecable lengua materna a una muy coloquial lengua española ¡Dios existe! seguro que pensó más de alguna.

Atenciones, más de las que lográbamos ver, ¡gracias a quien empatizó con nuestro Campus y facilitó las cosas para que todos fuéramos parte de todo! ¿Ejercicio de ciudadanía activa? De alguna manera sí.

El regreso un poco menos caótico, fue desastroso, todos rugíamos de hambre, no se atravesó ni de chiste un Starbucks (perdón por la fijación), sólo un OXXO, que la mayoría despreció (más tarde lo lamentarían) entonces, disfrazamos la necesidad de alimentos con "el simple", hemos reído hasta cansarnos (eso fue bueno, al menos nos distrajo), seguro que el conductor de nuestra "limo", sigue pensando que tomamos algo que produjo semejantes explosiones y risas.


Segundo día (martes), debimos tomar una decisión DRÁS-TI-CA: salida del Campus 5:30 a.m. Llegamos a Santa Fe a las 8:00 de la mañana, el curso comenzaba "en teoría" a las 8:30 pero en realidad inició a las 9:00. Nuestro conductor no titubeó hasta que nuestras dos buenas amigas volvieron a tomar el control de nuestro destino. Al llegar al Campus nuestro conductor nos dijo con una sonrisa: "estudien mucho el día de hoy". ¿Dudas? ¿Sólo por los ataques de risa del lunes?

Continuó la experiencia de aprender de alguien con años en su labor, sabiduría de vida y mucha sensibilidad hacia el mundo que le rodea. El expositor siguió valiente en español, pidiendo una disculpa por su falta de capacidad para hablar de manera académica aunque para él, era un honor haber aprendido nuestra lengua con personas del campo.

A lo largo de los tres días, nuestro profesor, fue enseñándonos diversas estrategias, dándonos consejos que nos pueden ayudar en nuestra labor de enseñar y fomentar la ciudadanía activa. Lo mejor, no lo dudo, fue verlo a él: su decir y su actuar, se mueven en perfecta congruencia ¡un honor que una persona así toque tu vida!

Salida de Santa Fe a las 17:30 horas. Misión: Starbucks... 18:10 horas: objetivo abortado. ¡Ah! pero qué bonitos los linderos de la Ibero. Todos mucho más cansados así que algunos platicaban en la "limo" y otros prefirieron dormir. Mi querida "Blue Eyes" y yo, experimentamos desde nuestra "periquera" todas las emociones resultantes de estar grandotas y no caber en los asientos intermedios. Llegada a nuestro Campus a las 19:00 horas aproximadamente, sin duda nuestro conductor mejoraba su marca día a día.


Tercer día (miércoles), repetimos la hazaña de salir a las 5:30 de la mañana. Ahora sí nuestro buen conductor, no titubeó ni una sola vez, a las 7:30, estábamos en Santa Fe, por lo que decidimos ir a desayunar en premio a nuestra dedicación y esfuerzo (jajaja), que no quepa duda, éramos el grupo que se salía de contexto, medio dormidos pero contentos listos para atacar a nuesto desayuno.

Arribo al Campus y a seguir la jornada. Mucho todavía por aprender. Buena mañana, hasta con ataque de risa incluído. De esos ataques de risa que llenan la sangre de oxígeno y que dejan un regusto que ojalá todos al menos una vez al día pudiéramos reír y reír para llenarnos de vida. Salida de Santa Fe a las 16:30 horas y ¡claro! Misión: Starbucks... ¡Misión cumplida! Todos con cara de felicidad, cafés y mokas de medianos a grandes ¿chicos? ¡por supuesto que no! Hasta con tiempo de admirar más al detalle la Ibero.

Llegada a Pachus a eso de las 18:30 ¡órale honorable conductor! ¡se voló la barda!


En mi reflexión de estos tres días:


  • Me quedo con profunda admiración hacia una de mis compañeras, la que parece más vulnerable, fue la que mostró más carácter y fortaleza: ni una queja, ni un sí, ni un no. Actitud positiva a pesar de cualquier cosa. ¡Gracias por enseñarme que vivir en la queja no sólo nos desgasta más, si no que demerita nuestra actitud y carácter!

  • Tuve la oportunidad de ver lo que no había tenido tiempo de observar acerca de una relación que llama mi atención de manera particular.

  • Pude escuchar y ser parte de la conversación de dos mamás que tienen más camino andado que yo. Gracias por permitirme escuchar de su experiencia.

  • Descubrí que hay más gente de la que una puede pensar que se preocupa por alguien que amas.

  • Encontré la mente abierta así como una buena acogida en personas que ni me hubiera imaginado. Conocí a personas con las que interactúo por correo electrónico pero que ni idea tengo de quiénes son.

  • Reitero que cada momento de nuestra vida, puede ser muy rico o muy miserable, la diferencia estará en la actitud con la que afrontemos las cosas.

Dice un proverbio chino que mis tres amables lectores, tres queridos seguidores y algún que otro extraviado saben que cito: "Sed como el bambú: fuerte pero flexible." Eso aprendí de "El Kevin" y "La Norma". ¡Muchas gracias a los dos por este regalo.


Carpe Diem